Va de tetas Vol.1

Cuando me quedé embarazada en ningún momento me planteé como alimentaria a mi hija, fue una cosa que no se me pasó por la cabeza. En la lista de nacimiento incluimos un set de biberones, supongo que lo hicimos a causa del desconocimiento del tema de la alimentación en bebes.

En la sala de partos recuerdo la pregunta de la matrona:Le vas a dar el pecho? En ese momento me extraño la pregunta, claro que si,le respondí, yo creía que todo el mundo lo hacia, al menos al principio, no sabia nada de lactancia, pensaba que todos los niños tarde o temprano acababan tomando biberón.

Mi hija mayor nació a las 13:50h de un sábado, dos minutos mas tarde estaba enganchada al pecho, parecía que lo llevábamos haciendo toda la vida. Tuvimos una lactancia sin problemas, sin grietas, sin malas posturas, ella cogía peso, estaba preciosa, entonces llegaron los temidos 5 meses, por ese entonces yo había leído algo sobre la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y decidimos que no comería nada hasta esa edad.

Empezó la alimentación complementaria a los 7 meses, pero y el pecho? seguimos con él, era muy fácil darle el pecho, salíamos a la calle casi sin nada, comía al instante, apenas lloraba, confieso que era muy cómodo para mi y como ella estaba encantada, pues seguimos con la teta.

Fui  a un grupo de lactancia de mi zona, descubrí que la lactancia no solo es alimento, conocí a Carlos Gonzalez, entendí el porque mi hija amaba a su teta por encima de todas las cosas.

La niña crecía, nunca había tomado un biberón, los problemas empezaron a llegar cuando tenia aproximadamente un año, la gente empezó a comentar, que si es muy grande, que si es un vicio, que si sale agua, que no va a querer comer nada mas, yo como buena madre primeriza le pregunté a San Google y este me dio la respuesta, la OMS recomendaba la lactancia mínimo hasta los 2 AÑOS, PUAAHH que locura, ella ya caminaba, hablaba, tenia dientes y seguía gritando TETAAAAA!!!!!  y cuando no gritaba directamente se servia ella sola.No podía privarla de eso, las dos nos sentíamos cómodas haciéndolo, era un bien mutuo.

Los años pasaban, y seguíamos escuchando cada vez mas comentarios al respecto, de conocidos, amigos, familiares, la única persona que nunca dijo nada fue la pediatra, siempre me decía que eso es cosa nuestra.

La niña empezó la guardería, las tomas se redujeron considerablemente, pero habían momentos que el pecho era sagrado, para dormir, al despertar o cuando se hacia daño o estaba enferma, era mi manera de mimarla, la mimo de miles de formas, pero esta era nuestra manera especial.

Dos años de guardería y empezó el cole, ella tenia 3 años y medio, ahí decidí empezar el destete, quería que fuese algo natural, que no fuese doloroso ni traumatico para ella, omití consejos del tipo, ponte ajo en los pezones, llevala una semana a casa de los abuelos, no queria que algo tan bonito acabase de una manera tan fea.

Empecé a NO ofrecer, No negar, dejaba que ella fuese quien marcara las pautas, si un día se despertaba y no pedía, lo dejábamos estar, es un proceso lento, pero creo que con esto he conseguido que ella confíe mas en mi, que sepa que su madre no le falla, que la respeta.

De repente un nuevo embarazo, una hermana en camino. y ahora que? pues ahora nada seguimos con nuestra lactancia como si nada, la barriga crecía y mi hija mamaba a la par, el único cambio llegó después del parto, en el mismo hospital, yo estuve todo el embarazo explicándole que su hermana también tomaría teta y que la tenían que compartir, cuando llegó a la habitación del hospital me preguntó si podía tomar teta y le di, su reacción fue hermosa: Mamaaa!!! ahora sale muchísima leche!!!! esta tan rica!!!!

Iniciamos la lactancia en tandem, por ese entonces mi hija tenia 5 años, su lactancia estaba llegando a su fin, solo hacia una toma al despertar y solo en casa, ella se escondía, ella también estaba cansada de escuchar a la gente decirle, que eres muy mayor, que le estas quitando la comida a tu hermana y poco a poco yo empecé a sentir pena, verla crecer a pasos agigantados, verla dejar poco a poco su gran tesoro.

 

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